Siempre me gustó Béquer, aunque si escribiera hoy, creo que sería más como un García Marquez que cómo Perez Reverte, jamás como Bucay.
Mis leyendas siguen vivas porque, aún perteneciendo a la dichosa GENERACIÓN X, (se podría rodar un remake de Perdidos, con nuestras mentes) mis leyendas se basan en cosas simples, siempre supe que me tocaría ser una currita más, como mi padre, siempre con la cabeza en su sitio, la palabra oportuna y una sonrisa en los labios y unos brazos enormes para soportar el peso del paracaídas y a la gordi de su enana cuando hiciese falta. Gran leyenda de otro gran mestizo.
Mis héroes? Monitores, salvavidas/sacadores de apuros, todos mis hermanos... y Yo. Por motivos varios, por una pizca de egocentrismo y porque yo lo valgo, qué cojones!
Entre mis rimas preferidas, útimamente sólo soporto a Calle 13, estoy cambiando, me divierten y me hacen pensar. Haces rimas? déjame leerlas y te daré mi opinión. Pero soy muy crítica, muy ácida, como un pomelo.
Mis rimas me las cuentan mis hadas en sueños y luego yo intento hacer ejercicios de visualización positiva con ellas. Eso quiere decir que quizá llegue lejos o que un día me quede en el otro lado del espejo y ya no sepa volver, (realmente no recuerdo la vuelta al sillón que estaba frente al espejo en el ejercicio de una de las psicólogas por las que he pasado, y juro no ponerme a escuchar sus grabaciones de nuevo...) Mejor sigo con Calle 13, que me ponen los pies en el suelo y , a veces, incluso, intento bailar.
El resto de leyendas, prefiero inventarlas y escribirlas,( igual un día os sorprendo) pero los personajes no mueren al caer de una escala, o se envenenan por la posible pérdida de un amor. Al fin y al cabo son leyendas, ¿qué tendrá eso que ver con la realidad?
Aunque sé que no lo vas a leer, FELICIDADES PAPÁ.
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