lunes, 23 de julio de 2012

BAUTIZO DE LILA PRIETO JIMÉNEZ

       Preciosa la mañana de domingo en la que le ofrecí a mi Dios uno de mis más pesados fardos y El, a cambio, me bendijo con la retirada de la venda de mis ojos, la que me hacía pensar que estaba bastante sola y que la gente iba desapareciendo paulatina y lentamente; en lugar de eso, me encontré con un  nuevo ángel de alas rubias (lo siento, amiga, te quitaron el puesto, pero... alégrate por mí) con dos amigos de la preadolescencia-adolescencia-juventud y esto en lo que estemos ahora, también obligados a crecer y, con mi ángel de la guarda terrenal, como si de una fiesta se tratara, de esas fiestas, las mejores, que no se organizan que surgen por alineación de las "estrellas  rebotonas" todos y cada uno de los que estábamos allí y los que fueron llegando: mi soldadito de plomo, las rubias más rubias del mundo que aún no saben de mi cambio de nombre y gritan -Luuuuliiiiii- y a mí, que ahora me llamo Lila, se me cae la baba oyendo esos luceros azul mar del Caribe, y esa voz de camionero de tractores de Lego. Fue una fiesta rara , creo que la guinda la puso la extraña familia, dicho desde el amor más profundo por los dos (ahora cuatro) que hace años no veía y la normalidad de Carlos, Fernando y Alfredo. Me encantó. No tuve más remedio, dados los horripilantes acontecimientos acaecidos en días anteriores, que decidir que ese era mi bautizo, simbólico, como casi todo lo que hago, pero semejante feria no se podía desaprovechar.
Por la tarde me dediqué a saborear toda la mañana como si de un helado eterno se tratara (igual de ahí la sensación de empacho de esta mañana) y como último regalo, la confesión de lectura de mi blog de quién juró no hacerlo y, como remate, dándome la razón. Como comentario a esto, por si vuelves a leer, que sí, que hay que leer más y que quizá, con el tiempo, seamos amigos. Con muuuuuuucho tiempo.

A los demás y para terminar, gracias. Como a Sabina, "me sobran los motivos", pero sólo por el hecho de estar últimamente siempre, por estar a veces, en ocasiones señaladas como esta, y por acordaros de mí los que no estabais y pasasteis por mi mente.
   
                                                                                 Lila Prieto Jiménez
                                                                                            

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