miércoles, 4 de julio de 2012

En la Gruta Bendita me encontré conmigo.

      Digámoslo así, que fui a Lourdes, probé su agua, oré por todo ser viviente y difunto conocido y querido, pasé horas al sol rezando y llorando pero, sobre todo,vi a MIS MADRES y con ellas (de diversos modos) encontré a una india en un espejo.
     El comienzo del principio - tranquilos, no me siento "iluminada" - sólo me siento bien, que ya es bastante si lo comparamos con cómo hice el camino de ida, incluso gran parte del de vuelta, que aún estoy asimilando y descubriendo recónditos parajes en mi interior. Con lo que no he continuado es con rezar el rosario todos los días, ni siquiera he llegado a aprenderme los misterios ni las jaculatorias, imagino, que con el tiempo...
     Volvemos a mi Encuentro, a mi yo. No soy ninguna de las dos mujeres que vi, soy la india que quiero ser y que tanto parece molestar incluso (a veces sólo) a quién menos me espero cuando menos me espero. Pero eso son "gajes del oficio", meros roces inevitables y salvados en un brinco, en ocasiones hay que hacer uso de tirolina sin siquiera tener muy claro dónde está sujeta la parte del cable que no puedes ver, pero es otro riesgo que a  India Prieto Jiménez, no le importa correr.
   Llorar: Se llora, por lo que pasó y no tiene ni cura ni remedio, sólo rabia y tristeza. Si aún tiene remedio, se intenta, pues poco queda por perder y sólo por ganar. Si todo quedó rendido...tierra al lomo y a cruzar el puente de plata, que "soldado que vive, vale para otra guerra".
   Reír: Mucho y muy fuerte, pues debo ser la persona más afortunada del mundo y Mi Dios me debe tener una preparada para cuando él quiera, que debe ser tremenda, pues no me deja irme, no es su voluntad. Su voluntad es que siga en este amago de híbrido con Rayo McQueen, y siga al cuidado de quien me da más alas de las que creo tener y menos mimos de los que creo merecer. (Sólo es un punto de vista, el mío, como diría un viejo sabio, no tiene por qué ser el bueno)
Por eso me río de todo, de mí la primera, aunque eso me cueste llorar horas después, pero tranquilos, es puro miedo escénico, tal vez deba aceptar la última propuesta para romper con él, o comentárselo a mi psicólogo, que aunque le veo menos, para eso está.
Porque reír es sano, quita las telarañas del corazón, y lo llena de colores, que aunque no respondan ni sean capaces de mantener conversaciones (los colores) sí pueden formar imágenes que son, básicamente, lo que me importa ahora.
     IMÁGENES: Mi hermana sin separarse de mí ni cuando, físicamente, no puede estar. Mis hermanos,que físicamente casi no están pero están siempre (somos todos indios, aunque alguno no lo acepte, no lo sepa o lo haya olvidado). Mi padre, siempre presente oculto tras un libro, un pincel o un bote de aguarrás, SIEMPRE PRESENTE, hoy su indio, callado y aislado, sólo se deja ver en el fondo de sus ojos cansados y callados, dejando paso a un Torquemada venido a menos, a un Delives triste porque, encima, no le gusta el campo. Me  da la sensación de ser una mezcla entre el hombre de hojalata y el espantapájaros siguiendo a un miedoso reducto de miedoso león perdidos en una rotonda del camino de baldosas amarillas. Mi madre, mujer con vocación de sacerdote o de militar del Ejército de Tierra...yo, soy sólo su adorado "tiro por la culata"; lo lamento, a los indios, por muy bellos ojos de india castellana que tengamos, nunca nos dejaron entrar en los casinos. Lástima, yo tendría que haber esperado fuera;de igual modo, es la mejor madre que Dios me pudo poner con mi condición de india ireductible, diabética, sarcástica, con intenciones de escritora y aspiraraciones a fotógrafa. Mi soldado de plomo, haciendo lo imposible por mantener unido lo que, a mis ojos, es MISIÓN IMPOSIBLE, pero si pudo Tom Cruise, metido en el rollo de la Cienciología y con una hija más cursi que todas las exnovias de papá juntas... no vas a poder tú, que no sé si tienes  algo de indio, pero con los capones que te habrás llevado... eso endurece a cualquiera, pero tus hijos algo de indio tienen, será de la madre, vete tú a saber, el caso es que no cambio ni a la madre ni a la hija por tus tres tesoros salidos de cuento. Mis padrinos, no tengo palabras para quien leía mis "cosas bonitas" pero no entendía su significado y tenía los santos cojones de reconocerlo, me quito por ello el sombrero ante su recuerdo, con capa castellana, como no la sabe llevar nadie, con sus regalos de libros que abren los ojos a otros mundos (sobre todo a aquella edad). Imágenes de mi abuela contando cosas siempre y pelando patatas, así estará en el cielo, atizando la lumbre, pelando patatas y contando cuentos de hace siglos. Mi abuelo estará íntegro, con su sombrero viejo (porque el nuevo lo tengo yo) y aguantando unas lágrimas de legionario, como puños, cuando vea todo cuanto pasa aquí abajo. Tranquilo abuelo, todo saldrá bien, al final, todo saldrá bien. Mira a ver, si entre tu "hermanillo" y tú, podéis echar una mano, pero, tranquilo, que ya lo verás: TODO SALDRA BIEN.

2 comentarios:

  1. pues si,india,definitivamente eres una tia afortunada:porque puedes recordar a los que no estan y te han querido;por que puedes reir y llorar,y has elegido sin ambages la primera opcion....aunque a veces devenga en la segunda.No problemo,suele suceder,aunque no hay nada mejor para mitigar un dolor o volver sepia un recuerdo.Y por que has decidido cambiar-aunque yo se que no es tal cambio,que estabas ahi todo el rato escondida,jodia,algo entreví- y hacer una criba de sentimientos y allegados,o viceversa,tanto monta.
    Asi q,haciendo de abogado del diablo-que es un cabrón cizañero pero se le ve venir de cara,no como su antítesis-, da un poco de tiempo a aquellos pocos q te importen y que se han topado d bruces con tu nuevo yo y no han sabido asimilarlo aun.A veces no es tanta cerrazon mental como simple querencia,deseo de que nada cambie y menos las personas.Yo,como sabes,me alegro enormemente por ti.Sigue redescubriendo y redescubriendote,galopando y echando una risa al viento.

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  2. Me ha encantado esta entrega aunque no he leído muchas.
    Qué curioso, yo también recuerdo a los abuelos igual que tu, ella pelando patatas al lado de la lumbre, el con su sombrero y su capa. Tengo en la memoria recuerdos imborrables que espero que nunca desaparezcan como por ejemplo atravesar el pasillo a oscuras para avisar al abuelo de que la cena ya estaba hecha o cuando se puso de rodillas en la cocina para jugar conmigo.
    Qué decirte de nuestras recetas del quimicefa mezcladas con huevo de las gallinas de Tia Fe, creo que Emilio todavía nos la tiene guardada, Jajaja!!!, o de nuestros planes para fugarnos con las bicis, o de nuestros juegos con Pin y Pon en Cáceres, en fin, esa infancia nunca se irá y ojalá que dure para siempre.
    Besos.

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