miércoles, 8 de agosto de 2012

TAMBORES

A la entrada anterior (venga, leedla, again) debo hacer UNA aclaración que atañe únicamente al mi primer protagonista, los demás os quedáis con lo que hay, pero este tema me quema en especial y debo, como buena india amaestrada en colegio privado de monjas llanas y monjas de Benetton, que no estoy siendo justa. Que si yo he decidido ser una india, porqué o a santo de quién ibas tú a elegir otra cosa que no fuera tu santísima voluntad.
Dicho esto, me trago mis palabras y te niego la posibilidad de juzgarme por vivir cómo y dónde vivo, cada uno su camino? su elección y sus huellas para que otros las sigan o no, a mí, las tuyas ya no me sirven, tienes unos pies demasiado grandes que las ruedas de mi silla no son capaces de seguir.
Sigue luchando, lástima que te pierdas a Leelah, y que ella no sepa cómo acercarse más a ti.
Oigo los tambores de mi tribu, toca estudiar, no podía dejar de decirte esto.
Te veo como al salmón, siempre a contracorriente, y pensaba que era yo... sólo, hermano, ten cuidado con los osos, como a mí, les gusta comer salmón, sólo que yo últimamente lo evito por la grasa y eso,
Agur, (ves? me los quitan de las manos) Que seas todo lo feliz que puedas, yo voy a seguir el son de mis tambores.                                 
                                                                                    Leelah Prieto Jiménez

No hay comentarios:

Publicar un comentario