Esta es la última entrada de este blog, quedará aquí para que os desahoguéis mientras transcurre el tiempo necesario hasta que lo chapen.
Mi marcha tiene un motivo simple: no tengo más tiempo para dedicaros, me he metido a hacer tantas cosas que no voy a poder seguir con esta agotadora tarea de plasmar todo lo que ocurre; sólo pensarlo me cansa.
No puedo irme sin agradecer a cuanto ser haya pasado por mi camino de baldosas amarillas, para mal o para bien, todos habéis hecho una Nuria más fuerte, más calmada, más lógica, lo único (lo siento mi rey) que no habéis conseguido ha sido hacerme soltar mi pequeña misericordia, sólo que, el tiempo, me ha enseñado que si espero, es él quien se encarga de todo... por eso sigue en el pliegue de mi bota.
Gracias a Dios voy consiguiendo seguir adelante, así que, cierro el kiosco, me subo a mi caballo (que no es un mustang) y os dejo el argán, por si lo necesitáis.
He aprendido mucho en este año, he crecido más de lo que he aprendido, pero ya me aburrí... así que voy a seguir con mis tareas y a colocarme un tapaojos y sólo mirar hacia al frente.
De modo que para que os vea, tendréis que poneros delante de mi y para buscarme, buscad el culo de mi caballo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario