sábado, 30 de marzo de 2013

Giros y Caídas

         Decidido, hoy salimos fuera,- Hestia, qué te parece si salimos a conocer un poco más esto?- Hestia me miró con sus ojos siempre cargados de cariño, y nos dijo -claro, no te puede pasar nada "ahí fuera"- y sonrió.
        De modo que tomadas de la mano, como de costumbre, Leelah y yo salimos al jardín y de ahí al camino que nos había traído hasta aquí. Decidimos adentrarnos en el monte Olimpo y, caminando, hallamos a Cronos hablando con un elfo que salió estrepitosamente a esconderse y nos dejó solos.
       -Hola niñas, habéis decidido salir? es bueno no dejar pasar cuanto sucede fuera por la comodidad de un almohadón- Leelah replicó rápidamente -siempre que el descanso sea necesario para continuar aprendiendo y apreciando, nunca será una pérdida de tiempo, es más, sirve para recapacitar, para pensar, para valorar lo que se tiene y terminar de llorar lo que se fue y no volverá- Cronos sonrió y poniendo su mano en mi hombro dijo: -Nos ha salido rebelde la india- y le guiñó un ojo a Leelah que ya se había llevado la mano a la misericordia. 
     Le pregunté -qué haces aquí, parado hablando con un elfo?-, -Nunca estoy quieto, aunque te lo pueda parecer, nunca me verás quieto, pero sí girando en círculos, unas veces más grandes, otras... no me apetece caminar tanto...unas veces no me sentirás pasar porque la velocidad me puede hacer invisible o, también, porque puedo ir despacio y no distinguirás mis movimientos, pero te confieso, llevo años girando y las cosas pasan una y otra vez de maneras distintas, en ocasiones de la misma forma... Sólo hay que pararse a pensar con la mirada atenta y verás cómo toodo se repite una y otra vez. Quizá no en una vida, quizá sí, quizá en la misma vida en distintas generaciones... "La historia se repite" dicen, pero es el tiempo, que vuelve a pasar con sus pesares, con sus alegrías y con  sus cosas de personas mortales-.
        Entonces fue cuando perdí el equilibrio (aún no se porqué) y comenzaron de nuevo a girar imágenes dentro de mi cabeza llamé a Leelah. pero yo era Leelah y Nuria también estaba en el suelo, en el mismo sitio con el mismo dolor de cabeza y el corazón en una mano y el estómago en la otra, apretados, doloridos, desechos. Listos para pasar un duelo y un nuevo resurgir. 
       Ahora sí cómo el Ave Fénix, más sabia, más calmada, más serena, más templada...

N.B: No soy pesimista, nunca lo he sido, sólo he barajado las cartas de la baraja que me tocó y no siempre saco cartas buenas. Otras... siempre juego a mi favor. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Encuentros

          Hestia seguía mirándome, con su sonrisa dibujada y algo distinto en el brillo de su mirada... -Necesitas aire, respirar y que ese aire se apodere de todo tu ser; como aquella noche en la plaza de San Jorge, en la que ni la lluvia ni el frío eran impedimento para ser y estar- Vuelve a ese momento y vuelve a hacerte fuerte, hoy estarás sola y recordarás todo lo anterior...TODO. Y volverás a esa plaza que nadie te asegura volver a subir, ni volver a entrar en el jardín de la Infanta-, (¿cómo sabrá eso?),-pero esto es la vida que tienes y tienes que recuperarla, ya tocaste fondo...te piensas quedar ahí?-
       Leelah salió al patio trasero, como el jardín también estaba lleno de flores en maceteros enormes... y en una parra, entre sus primeros sarmientos, una araña tejía su tela... -Te está quedando preciosa, Aracné- dijo Leelah con voz sarcástica -algo impropio de ella, se le estarán pegando mis maneras (menuda simbiosis la nuestra)- Aracné no tardó en replicar -Acaso no te gusta?-, -Morfológicamente... está correcta, es una tela de araña perfecta, pero es débil, la canción infantil de los elefantes ... incluso no entiendo que para el atrezzo de las películas de miedo  se utilice algo tan débil- Aracné rió, -Yo hago mi trabajo, te gusta? compra, admira, memoriza o asocia a algún recuerdo que te sirva para algo, si no te gusta lo que ves, no lo mires- , -Yo misma utilizo esas palabras...-, -Caramba, qué coincidencia!-, - no entiendo por qué haces esto-, -Es simple, o debería serlo para unas seguidoras de Layton, tú, tu otra parte, sois una, por qué dejas que una tenga más poder que la otra? Tú sabes todo lo que debes saber y ella está aprendiendo, pero sois la misma, utiliza la grandeza de su inocencia y dale el poder de tu destreza, sois una, todo está en el mismo cuerpo, sólo tiene que encontrarse y trabajar duro pero unido-, -Debe ser fácil decirlo-, la araña guardó silencio, y con sus diminutos ojos abiertos y derramando un fuego que no ardía en sus palabras -tú, india, lo has pasado mal por tu condición, lo pasas mal por ser la mitad de la mente de una persona que ha perdido algo que desconoce si va a recuperar y eso la vence, pero... os ha convertido en insecto (por contar la verdad) alguien con más poder que vosotras?, desconozco cuánto tiempo de vida me resta, desconozco cuántas arañas más hay por ahí, lo único que veo claro es que tengo que seguir tejiendo y si algo queda enredado en mi pegajosa red, Igual coma ese día. Bienvenidas al Monte Olimpo, donde se vive como dios!- Suerte, Aracné. Leelah quedó sentada, lejos de la parra respirando y cuando sus ojos comenzaron a tomar el brillo que yo descubrí al conocerla pasó de nuevo, algo increíble: cientos de fotos comenzaron a circular simultáneamente por nuestras mentes (jamás en blanco), León y su sombrero, Víctor y su cinta métrica, Concha y su cesto junto a la chimenea, Julia en un parque, Domingo con su bote de "caponcilina", Nuria y su reflejo en el campo, cuatro hermanas, unos cachorros de mastín, muchas fotos distintas de niños rubios, morenos, pelirrojos, un niño delgadísimo en formación con uniforme y fusil, una playa, una pareja en Cádiz, cartas desde Tierra Santa, una cicatriz sonriendo detrás de una barra, mil fiestas. todo fotos antiguas, como si hubiera llovido sobre ellas...
    Leelah iba a entrar y un brazo fuerte la detuvo, al girarse supo que el señor mayor, no anciano, pero mayor (sí, yo soy Peter Pan) la detuvo y le tendió una cámara de fotos nueva -Soy Cronos, se que no hace falta que te explique, pero os cambio todo lo que acabas de ver por esto, hacia arriba, los contrapicados favorecen, también lo sabes- y se fue. 
    Cuando Leelah llegó a mi lado se sentó donde había estado Hestia, me dio la cámara y me dijo -Cronos me la cambió por todos tus recuerdos-, yo me asusté pero... era Leelah, no podía rechistar, - no se ha llevado todo y lo sabe, pero no quiere que sigas así, yo tampoco, no te voy a decir... la frase de marras, sólo que sigas intentando y que he visto una foto de tu madre riendo a carcajadas, joven, bella...- , - Mi madre ha sido joven y bella y se ha reído mil veces pero no le salen las carcajadas desde... bueno, olvidó cómo se hace, debía ser su hermana Nuria, su melliza, me han contado que era la madrina de mi hermano y que era muy risueña- , - Y tú no sabes a qué agarrarte?! Hemos visto lo mismo al mismo tiempo, verdad?!, pues niña, sujeta esa nueva cámara, no olvides ni uno sólo de los buenos momentos y sal! Sal o me iré, y ya no tendrás escusas, ya no serás india, ya sólo serás tristeza y añoranza, eso es lo que quieres? Cronos se ha ido con tus cosas...!!!-Leelah gritaba y lloraba mi rabia, yo me sujeté a un poyete y me levanté, cogí la cámara que desde entonces llevo colgada y le hice su primera foto a Leelah.

-El día que se vaya Cronos iremos todos con él-. Leelah y yo sonreímos a la vez.

domingo, 17 de marzo de 2013

Palabras repetidas

            Hoy soy yo quien se queda a solas con Hestia, y aprovecho sus tisanas y su sabiduría para deshacer las marañas, dignas de Aracné, que presionan mi cabeza hasta hacerla desbordarse como un lago que sobrepasa su capacidad, pues cómo ellos, yo también veo sobrepasadas las mías, y en forma de río... muchos ya sabéis como continúa la "teoría de los ríos". 
   -Hestia, no estoy bien-, me mira con la dureza verde de las esmeraldas que tiene por ojos -Mira!, no me había dado cuenta, llevas dos días llorando sin moverte de ese almohadón, y pensé que era la lluvia, hace tanto que no llueve por aquí...- me sonrió y se hizo sitio junto a mí, en el mismo cojín. Pasó su brazo firme por mis hombros dejando mi cabeza en el hueco de su pecho. -Dime, dile a esa miel y hierbabuena que deje de manar y habla conmigo, estoy aquí para ti, para tus pesares, para ti- No sabía muy bien por dónde empezar, todo es tan absurdo cuando lo piensas un poco... todo pierde relevancia al pasar el tiempo y al caer agua sobre ello, es como un dibujo de tiza en el suelo bajo la lluvia, mañana dejará de estar... -Hestia, siento una soledad inmensa, ni el tiempo, ni la paciencia, ni la compañía me consuelan, no tengo amor, tengo mucho amor lejos, tengo amor... de amig@s, de familia ,lo que falta lo dí por perdido, y eso también me parte. Busco y no encuentro y...- Hestia me puso la mano en la boca y sus manos intentaron parar mis lágrimas -No eres Eco, tú tienes más vida, tienes voz, tienes...todo lo que no ves- , -¿Eco?, ¿Quién es Eco?-; -Criatura, tanto por aprender... tanto cambio y las mismas ganas de lanzarte al vacío si con ello aprendes... y luego te da miedo salir sola a la calle... eres un bebé, una pequeña criatura que se cree indefensa cuando todo el mundo puede verte desde muy lejos- Guardó silencio, me acercó una tisana y comenzó a hablar -Eco fue una joven ninfa, era bella, era grácil, era tremendamente imaginativa... tuvo el infortunio de enamorarse perdidamente de Narciso quien, conociendo su hermosura, despreciaba a todo el que se le acercaba.  La pobre ninfa no fue la excepción y Narciso despreció su corazón cuando la vio en el bosque y ella no fue capaz de responderle más que sus propias palabras. Entonces, ella desolada, ofendida se encerró en un lugar solitario y allí dejó de comer y de cuidarse. Así se fue consumiendo poco a poco, y el dolor la fue absorbiendo hasta que desapareció y se desintegró en el aire, quedando sólo su voz que repetía las últimas palabras de cualquiera. Esta voz es lo que llamamos eco. Debido a esto los dioses se molestaron y todas las demás mujeres rechazadas oraron a los dioses por venganza. Némesis (la venganza) las escuchó e hizo que Narciso contemplara su propia imagen. Cuando el joven lo hizo, se enamoró de su propia belleza y ya no le importó nada más que su imagen- , -No, yo no soy Eco, ni soy como ella, ni siquiera hay un Narciso al que rendirse, ese es el problema, que no se dónde está el problema-
Hestia rompió el silencio con unas carcajadas, me miró y fue a hacer más tisanas, -creo que nos queda un largo día de charla, jovencita-.

   Yo no soy Eco. 

sábado, 9 de marzo de 2013

Sólo un águila

         Comenzamos el día como otro cualquiera, como si todo hubiese sido así siempre pero Hestia, nuestra gran anfitriona, se sentó a nuestro lado trayendo un fabuloso cesto de frutas y más tisanas.
Leelah se desperezó como lo haría una niña de 4 años, y la mirada de Hestia se llenó de ternura, le ofreció una de las tazas y se dirigió a ella -Niña, tú no eres del mismo sitio que ella, verdad?- Leelah contestó con una voz firme y dulce como ella misma - Yo soy la parte de ella que casi nadie puede ver, soy el fuego que han intentado apagar las buenas intenciones de quien no ha estado con ella; soy la fuerza que ella olvidó que posee. Soy quien remienda sus trozos y los coloca, más vistosos, en su lugar correspondiente. No soy distinta a ella, soy quien posee lo bueno de su pasado, lo vivo de su presente y la esperanza de su futuro. Soy ella.-
         Hestia sonrió abiertamente y entrecerró los ojos, -eres el Mercurio de Prometeo- conoces la historia?
         Leelah la miró y contestó que sí, pero no toda, -sólo se que robó el fuego de los dioses para los humanos y fue cruelmente castigado...- Hestia la detuvo, - No sigas. Esa historia comienza mucho más atrás y no termina como piensas. A ver si puedo resumir porque tengo bastante que hacer en el jardín, pero debes conocer esta historia... como todas, te hará entender muchas cosas, verás que todo se repite una y otra vez en el tiempo incluso en mundos tan diferentes como los nuestros- y esbozó una sonrisa pícara que hizo de sus ojos dos brillantes esmeraldas. Hestia se sirvió una tisana y sin reparar en mí, que ya me había servido y devoraba arándanos mientras las escuchaba hablar, continuó hablando - La unión entre el cielo y la Tierra tuvo como resultado un hijo, Japeto, que a su vez fue padre de dos varones, Epimeteo y Prometeo. Por aquel tiempo, los dioses estaban aburridos y decidieron pedir a los padres de Jepeto un poco de animación  en el hastío reinante en la Naturaleza. Jepeto no pudo negarse pero declinó la petición a sus hijos, quienes accedieron encantados. Epimeteo, el más ardiente y atolondrado de los dos, suplicó a su hermano que le permitiera cargar con ambas partes del encargo de los dioses permitiéndole, a cambio, la potestad de criticar su obra una vez acabada. El trabajo consistía en convertir una mezcla de tierra, fuego y otros elementos en criaturas vivas pero mortales y atribuir a cada una las facultades que más se adaptasen a su constitución. Fácil, pensó, y se dedicó a crear cada cosa... porque realmente eran seres con vida, con unas capacidades desmedidas, otras con un tamaño desmedido y sin muchos más atributos... Cuando pensó que había terminado, llamó a su hermano esperando su admiración y...pobre, lo que vio Prometeo fue una ristra de seres que, si bien eran capaces de mantenerse con vida y protegerse por sí mismos, no tenían ninguna utilidad y había repartido entre ellos todos los dones de la naturaleza, no dejando nada para el hombre... Epimeteo cayó en ese momento en una desgracia que le lleva a desaparecer , al menos, de la historia. Mientras Prometeo discurre la manera de reparar la negligencia de su hermano. Se introduce de forma secreta en la Isla de Lemnos, hasta llegar a las fundiciones de Vulcano y, en un momento de intenso trabajo, se atreve a apoderarse de una chispa de fuego y la ofrece a la Humanidad. De este modo, tú mejor que nadie, las criaturas mortales se defienden del frío, de las amenazas de otros animales, cocinan sus alimentos...Todo gracias a Prometeo. La humanidad, como de costumbre, con tanto poder se creyó más cerca de los dioses, casi a su nivel y al llegar toda la historia a oídos de Júpiter, bueno, aquí es Zeus, este condenó a Prometeo y con la ayuda de Vulcano y bajo la vigilancia de Mercurio, fue atado a una roca en el punto más alto del Cáucaso. Diariamente, una gigantesca águila descendía de los cielos y se comía el hígado de Prometeo, que crecía constantemente. Este horrible suplicio debía durar mil años, pero pasados treinta, Mercurio aprovechó que el Señor del Olimpo estaba de muy buen humor e intercedió por Prometeo, quien fue aliviado de su condena tras prometer la vuelta a su vida ordinaria y el juramento solemne de no abandonarla jamas.-

        Leelah abrió los ojos hasta que toda la redondez de la cara de Hestia se vio reflejada en ella y arqueando las cejas dijo -¿Entonces sigue Prometeo en la Tierra como un humano inmortal?- Hestia volvió a sonreír diciendo - hace tiempo pasó un humano por aquí y se me quedó grabada una gran frase suya "No preguntes por saber lo que el tiempo te dirá que no hay cosa más bonita que el saber sin preguntar"-, - Muy humano- refunfuñó Leelah. - Pero no veo justo el castigo de Prometeo, el que la lió fue otro y lo acusan de algo que hizo como consecuencia de este primer error!!!-. -Zeus no tiene porqué ser justo, el verdadero problema fue que la Humanidad se creyó ser quien no era sólo por lo que poseía, y Prometeo fue quien se lo dio, a quién más acusar, bastante que Mercurio viendo diariamente su sufrimiento, se atrevió a irle con historias a Zeus...- Leelah comenzó, cayada, a pensar, a recordar y de pronto preguntó - y aquellos que no tienen a un Mercurio que les vea sufrir todos los días y se apiade de su dolor- De nuevo una franca sonrisa y un brillo de sabiduría en los bellos ojos de Hestia -Te puedo asegurar, niña india, que ni Zeus, ni ninguno de nosotros enviaría a un mortal un sufrimiento que no pudiera soportar. Prometeo está vivo, el águila está rondando el Cáucaso, qué has pedido a Zeus o a Júpiter o al dios que tú veneres que no te haya sido concedido?, piensa que todo cuanto haces tiene consecuencias, pero Zeus es benevolente, sólo busca al Mercurio que todos lleváis dentro y anímale a pedir piedad-

     Yo miraba a Leelah esperando su reacción, pero ella se quedó pensativa con su tisana caliente, pensando; casi se podía escuchar la maquinaria, bien engrasada, girando a gran velocidad. Yo continué con mis arándanos a la espera de me pasase, como siempre, la información procesada.

martes, 5 de marzo de 2013

Una casa, un hogar


         Llegamos a casa de Hestia con un inmenso deseo de comentar lo ocurrido pero unos metros antes de la entrada hallamos a una bellísima mujer. Joven, atlética, alta, fibrosa, con cabello largo y limpio... -Te esperaba, amiga, sabía que a mis invitadas les vendrá tan bien saber tu historia como una tisana caliente y un jergón mullido- La chica sonrió y dijo -Hestia, nunca dejarás de sorprenderme, siempre con algo que enseñar y siempre dispuesta a aprender- a lo que Hestia replicó -Para eso han venido hasta aquí este par de mujercitas, para calmar la sed de sabiduría y aclarar sus dudas humanas, como si aquí tuviésemos soluciones para todo...- 
     Una vez sentada en un comodísimo cojín de tamaño familiar, junto a Leelah, con una taza de infusión caliente entre las manos, la bella joven se sentó frente a nosotras y nos miró fijamente, escrutando cada uno de mis pensamientos y de mis inquietudes y de mis dolores y de mis alegrías...y al fin dijo -Soy Atenea como Hestia, una de las diosas mayores. Durante los primeros años de mi vida (nací con el aspecto que podéis ver) pensé que sólo tenía padre: Zeus. Dios de los dioses. Y mi error se debe a que nací en una especie...cómo lo llamáis los mortales...una cesárea, pero la matrona fue Héfesos, dios de la forja, quien con un hacha de doble filo alivió a mi padre de un profundo dolor de cabeza... Héfesos me dio la puerta de salida al mundo y yo me sujeté a mi padre que me ama como no  lo ha hecho con ninguno de sus hijos; con el tiempo he sabido que en realidad fue el gran Zéus quien engañó a Metis, diosa del mar, una vez embarazada de mí, la transformó en un ser diminuto y se la tragó, pero con el tiempo dio a luz y fui creciendo dentro de mi padre, nadie puede conocerlo como yo, quizá por eso me cuida como lo hace. Nací como mujer, con esta coraza de oro y esta capa bordada con serpientes en mi escudo- calló, dio un sorbo a su taza humeante y me miró fijamente para continuar con su historia -No soy la diosa de la guerra, se me considera diosa de la sabiduría y de la artesanía, estratega e hija del padre, eso dicen, pero también es cierto que me gusta cazar, que por error de ambas maté a mi mejor amiga, Palas, y lloré su muerte. Confundí en una cacería a mi amado con una pieza y también sufrió la certera crueldad de la cuerda tensa de mi arco...A mi hermano... no le conocí, nació antes de que Zeus nos tragara a mi madre y a mí, y era tan bello, tan alegre, poseía la fuerza de atraer multitudes con su risa y no había nadie que le ganase a nada, tanto es así, que Zeus que, como el mismo destino, dicta las normas y las rompe a su antojo, lo mató lleno de envidia y de ira, cosa que volcó en mi madre, claro. Así, como veis, soy diosa que ama, que ha amado y no ha distinguido al disparar sus flechas certeras. Pero hoy sigo siendo Atenea, la misma que ayudó a Perseo a matar a Medusa, la misma que regaló a Belerofonte unas bridas para domesticar a Pegaso y la misma que convirtió a Aracné en ese bicho inmundo como la araña que es, como venganza por tejer un tapiz contando todos los errores de mi padre-.-Aracné nunca fue buena en nada que no tuviese que ver con hilos y agujas, sus dedos lo parecían, y atacar a una diosa mayor con las faltas de su padre, no es buena idea, ya se lo advirtieron- se oyó a Hestia, siempre pendiente de sus invitados aún sin dejarse ver.
      Yo no daba crédito, pero si conocí al mismo Icaro ayer, porqué no iba a estar dejando a Atenea contar su historia y sentir que, como en mi planeta, pasan cosas realmente inverosímiles en el Olimpo. Seguía sin apartar de mí la mirada - ¿comprendes todo lo que he tenido que pasar?, ¿tienes idea de lo que significa todo lo que te he contado? Hay quien me repudia, hay quien me ama, hay quien me defiende y hay quien intenta atacarme... Piensas que Zeus no lo ve todo? Piensas que Zeus permitiría que pasase algo que no debiera ocurrir? Todo, absolutamente todo tiene un motivo y un tiempo  por eso, es mejor dejar el pasado en manos de la misericordia, el futuro en manos de la benevolencia y el presente en las de la providencia... Nada es tan grave, aquí no, y en tu mundo igual o incluso menos, cuando volváis, seguid juntas y, aunque os queda tiempo por pasar aquí, no permitas que nada ni nadie te machaque tu precioso presente porque, al fin y al cabo, es lo único que tienes-.

    -Muchacha descarada!- refunfuñó Hestia trayendo otras tazas de infusión...
-siempre hace lo mismo, aparece cuando la pienso, sí, pero ni adiós dice cuando ha de marcharse!- Parecía realmente una madre enfadada. -Igual la pensaban en otro lugar- me atreví a contestar y ella estalló en una carcajada -tienes razón, todo el mundo piensa en Atenea, para mal o para bien-

   Con su risa y con el recuerdo de tanta información flotando alrededor miré a Leelah mientras se me cerraban los ojos y me acomodaba en aquel fantástico almohadón. Leelah hizo lo mismo y creo que Morfeo pasó a nuestro lado a la vez.