viernes, 25 de enero de 2013

MOLINERAS

         Mi primera parte, mi descubrimiento más satisfactorio ha sido encontrar en ti, Moli, un ser pensante al que quizá me una tanto el patio del colegio, como el foro, como las canas de Jorge y todo el tabaco que consumimos (alcoholes varios aparte).
       Niña, me has ayudado a recordar mil cosas de hace muchos años y momentos de no hace tanto, me has tendido ambas manos para terminar de convencerme de que no soy tan rara, sólo es que el miedo de los demás, en ocasiones, nos duele más que el propio, porque hacen cosas raras en comportamientos raros. Pero si hasta me has ayudado a querer más a mi madre por hacerme aquella mierda de bocadillos para el recreo (tú ya sabes por qué ;) ) y me has mostrado desde tu lado bueno de niña mala, todo lo que estos últimos años (antes de) debía saber.
      Eres una incondicional y lo sé, la pena es que estás dentro del segmento de "incondicionales fuera de mi alcance diario" y os necesito, en días como hoy, os necesito a los de fuera y a los de aquí, porque hay un ataque de monos voladores (El Mago de Oz) y en mi camino de baldosas amarillas hay un banco de niebla que no me permite continuar dando pasos. Todo esto de manera figurada, físicamente voy mejor, quizá la mala ostia que me despierta todo esto me sirve de espita para seguir ardiendo como reguero de pólvora hasta... el paquete de dinamita. Y no falta mucho. Sé que estarás, como estás, pendiente de mi bienestar sabiendo hacerte entender, como muy pocos, aunque gracias a Dios, todavía SOMOS LEGIÓN.
      Gracias Moli por estar, por hablar (antes muertas que sin voz) pero sobre todo por ser. Tal y como eres, tal y como te muestras y te das, aunque ya haya que fingir ser de un modo para, simplemente, sobrevivir; hasta que, como al principio, terminemos creyéndonoslo nosotras mismas, menos mal que de vez en cuando nos bajamos de las nubes y devolvemos las aletas al agua, como pedía Sebastián a Ariel. Bendito Disney, cuánto puto daño ha hecho también.
      Gracias Moli, por dejarte querer y no juzgar. Deporte de moda en mi entorno últimamente.



     Pero tengo más molineras, éstas de molino de verdad, con Ritmo, Marchosas, con una vida plena y completa, chicas, que no se puede hacer más. Las adoro, a todas, lógicamente las que más conozco, las que más he tratado, son tres y media (jajajajaj) Tres Molineras que me acogieron en una semana que quería morir y me enseñaron tanto...de todo, de cocina, de convivencia pero sobre todo de VIVIR. Y la otra media es una descomunal persona pequeña de tamaño (exclusivamente de tamaño) y grande de corazón de humor de inteligencia y de familia, pues directa sólo conozco al "pieza" pero en las Córdoba encajó hace tiempo.
    A todas, chicas, gracias, por los cuidados, por la enseñanza, la complicidad y los recuerdos compartidos. Y esa comida rica rica. Y la subida que hicimos a la Raya, yo con la lengua fuera y Maribel en cabeza, fumando!
 Sois impresionantes en todo, yo, que ya creo en todo, quiero reencarnarme en una de vosotras, aunque sólo sea por saltar la barra del kiosco después de dejarse la piel en las tropecientasmil cosas que habéis hecho antes.


     No se qué tenéis las molineras, pero tanto a una como a las otras, GRACIAS POR FORMAR PARTE DE LA OBRA QUE CONSTRUYO.

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