No estaba tan cerca pero al fin, llegamos. Todo en su sitio, lo que no quedaba bien se recoloca, lo que no gusta, se tira (cada cosa a su contenedor correspondiente).
Todo tan en su sitio que incluso parece que no me fui, que cambié aquí y los tropezones saben a las mismas almendras amargas que en cualquier parte del mundo, porque son mis almendras amargas y porque es mi forma de tropezar...
Personal training; Covacha; Mi pilar a todas horas pendiente; Un Sol...; Mi gente, donde están los que estaban y siguen sin estar los que aún no entienden el significado de la frase, a pesar de los pesares (en este caso, mis pesares) no están tod@s con los que contaba y me gustaría contar pero, (ante todo, mucha calma) acabo de llegar, hay incluso vecinos del bloque con los que aún no he coincidido...Tiempo. Y he tomado una (otra) decisión: darme a conocer a la gente que no me conoce, que no me reconoce en la silla y tras unas gafas-telefunken, empujada por mi nuevo Angelito.
Muchos nervios que no sé de dónde salen, ni para qué, pero que, en ocasiones llegan a desesperar. Tiempo; Tiempo; Tiempo... eso ha dicho el neurólogo con los ojos como dos puñaladas en un tomate... tranquilo doctor, sólo pensé -¡Jesus, si tienen sentimientos!-.
Así que, por prescripción facultativa... tiempo.
Menos mal que tengo todo lo que tengo y sólo me importa la gente con la que cuento, tod@s, aquí, allí, dentro y fuera de las fronteras, sé que estáis ahí, y ahora sí me hace falta porque mi cara, mi cuerpo, todo más estrecho, mantiene un corazón que ahora parece más grande, no sólo por la limpieza tras el proceso selectivo y la ventilación, sino, porque está más sólo (sigo siendo hetero y es la segunda vez que lo escribo hoy) lo que me lleva a terminar la entrada con una pequeña reflexión:
He estado haciendo memoria, en la medida de lo posible, hay cosas que no se olvidan, y, por grupos, salvando lo visto en casa (por descuidos del tipo -uf!, pensaba que estaba solo- o -por Dios, cierra la puerta!-) bueno, exceptuando el caso de los Domingo Velázquez, a mayor dimensión del miembro viril, menos capacidad de raciocinio y de inteligencia emocional. Que antes, bueno, "pa un rato"... pero ya no, señores, aquí sí importa la calidad...la de los cerebros, la de las almas y los corazones, enteros y completos, que los rotos tampoco me sirven si no se dejan arreglar por estas manos mías , y sigo refiriéndome a los corazones.
Nadie que no haya pasado por esto puede saber lo que es realmente, no lo pretendo, pero aquí, la gente, en general, ni te huye la mirada, ni piensan ser más hombres por lo que les mide, lo que cada uno se quiera medir.
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