Debo dedicarte una entrada para ti solita, por dar la cara y escribir en este blog lo que much@s me escriben al correo o me cuentan de viva voz. Para empezar, gracias a todos, y no me refiero a darme la razón sin más, a "decirme lo que yo quiero oír", va más allá, o no tanto, sólo basta haber estado y haber mirado, haber mirado queriendo ver, que son verbos distintos. No me voy a erigir como patrona de ninguna congregación ni como líder de ningún grupo discriminado, sólo voy a ser YO, la yo que soy desde que, a la que era antes, le dio un infarto al corazón con obstrucción de dos venas que dejaron mi cerebro sin oxígeno durante un ratito (nadie sabe o quiere decirme cuánto tiempo exactamente). El caso es que allí quedó una, en el pasillo de mi casa donde caí redonda (hinchada, más bien) pero aquí está la otra, "la flor entre las rocas" (me encantó la frase), rara, pequeña, fuerte y completamente distinta en modos y maneras a la anterior. No se trata de ir sacando versiones nuevas, eso era lo que trataba de hacer antes, intentaba mejorar con cada nueva versión que inventaba de mí misma...pero ¿sabes? en principio no sirve y, aparte, es agotador. Claro, que mucho más agotador es pretender que quién te ha visto tres veces atisbe, siquiera, los cambios producidos, vamos, que aquí (y sigo hablando de la parte del Tajo que va desde su nacimiento en la Sierra de Albarracín, hasta El Salto del Gitano) es más fácil salir en coplas por lo malo que por lo bueno, siempre teniendo en cuenta que "lo malo" depende de una serie de mentes prognáticas y con la sensibilidad característica de los primos lejanos .
Gracias, Sol, por recordarme que mi barco sólo está esperando que sople el viento a favor que, aún parada, no estoy ni muchísimo menos sola, que aunque pueda llorar días enteros, siempre habrá una voz (o cientos) al otro lado del teléfono, cuando no a mi lado, subiditos en mi barco tomando el sol, que sólo fue una pequeña grieta en lo más inaccesible del casco, (y ya se sabe quién salta primero de un barco donde entra agua...) pero con un par de tablas y clavos y unas manos ayudando... Mi Dios no me va a hundir el barco, si es El el que sopla las velas cuando lo cree oportuno!
Mientras, como te decía, gracias por estar y por hablar ( he vuelto a mirar las estadísticas y aún está toda España y varios puntos de Argentina pendientes de mí, también hay alguien en Portugal). Por sentarte con nosotr@s al sol, hasta que esto coja velocidad y haya que tomar posiciones, mientras, quédate y disfrutemos del sol y de la brisa.
Gracias a tí, por ser como eres, por todo lo que nos das, por todo lo que nos enseñas cada día. Sabes que sola no estarás nunca, porque somos muchos los que te queremos y los que te leemos, por eso ya solo esperaremos impacientes a leer historias de ese barco a plena potencia.
ResponderEliminarUn beso enorme.